Pie Diabético
Es una complicación crónica de la diabetes mellitus que afecta a los pies debido a una combinación de neuropatía periférica, vasculopatía (mala circulación) e infecciones recurrentes, lo que provoca úlceras, infecciones graves e incluso amputaciones.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta el 25% de las personas con diabetes desarrollará una úlcera en el pie a lo largo de su vida.
¿Qué causa el pie diabético?
- Neuropatía diabética: pérdida de sensibilidad al dolor, temperatura y presión.
- Enfermedad arterial periférica (EAP): disminuye el riego sanguíneo, dificultando la cicatrización.
- Alteraciones biomecánicas: deformidades del pie, hiperpresiones o mal apoyo que favorecen la aparición de lesiones.
- Mayor riesgo de infecciones: por la dificultad para defenderse de bacterias o curar heridas.
Estas alteraciones hacen que heridas mínimas (como una ampolla o una uña mal cortada) puedan convertirse en úlceras graves si no se detectan a tiempo.
¿Qué hace el podólogo con el pie diabético?
El podólogo tiene un papel fundamental en la prevención, diagnóstico temprano y tratamiento del pie diabético. Su intervención está avalada por protocolos internacionales como los de la IWGDF (International Working Group on the Diabetic Foot) y la Guía de Práctica Clínica en Pie Diabético del SNS (España).
- Examen vascular (pulsos periféricos, índice tobillo-brazo)
- Evaluación neurológica (monofilamento de 10 g, diapasón 128 Hz)
- Análisis de la pisada y presiones plantares
- Clasificación del riesgo podológico (según Guías GPC y SISPOD)
- Educación al paciente: higiene, hidratación, inspección diaria del pie
- Revisión regular de las uñas, durezas, callos y deformidades
- Recomendación de calzado terapéutico y plantillas personalizadas
- Tratamiento de hiperqueratosis y alteraciones ungueales de forma no invasiva y segura
- Desbridamiento del tejido necrótico o infectado.
- Curación avanzada con apósitos específicos.
- Derivación al equipo multidisciplinar (médico, endocrino, vascular) si se detectan signos de complicación.
- Revisión cada 3 a 6 meses, según riesgo del paciente
- Monitorización de zonas de presión o riesgo de reulceración
- Adaptación del tratamiento ortopodológico
¿Cuándo debe consultar un paciente diabético al podólogo?
- Presencia de durezas, callos o ampollas.
- Deformidades como dedos en garra o juanetes.
- Uñas engrosadas, mal cortadas o encarnadas.
- Heridas que no cicatrizan en más de 48–72h.
- Cambios en el color, temperatura o forma del pie.
La detección precoz por parte del podólogo puede evitar hasta el 85% de las amputaciones por pie diabético (IWGDF, 2023).
Cuidar tus pies es cuidar tu salud
En nuestra consulta, ofrecemos un programa integral de atención al pie diabético que incluye revisiones periódicas, control de riesgo y tratamientos personalizados.